thebeatlesreallove
  El asesinato de John Lennon Parte 2
 
Algunas caricaturas sobre el asesinato
5b415a0a74765006f122f979f487f751








Cuando se le pregunta acerca de la muerte de Lennon unos pocos días después de sucedida, el entonces presidente Ronald Reagan lleva su mano a la oreja, levanta los hombros y sonríe, diciendo algo afablemente inaudible a la multitud de reporteros. Obviamente, no le importa. Para entonces, el precedente que sentó Mark David Chapman como magnicida artístico ha dado frutos: el 30 de marzo de 1981, John Hinckley, obsesionado con la actriz Jodie Foster y con su papel como prostituta en la película Taxi driver, decide asesinar al entonces presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, con el fin de impresionar a su amor imposible. Le dispara cinco veces, pero no logra su cometido, aunque hiere en la cabeza al Secretario de Prensa de la Casa Blanca, James Brady, a un policía y a un custodio. Hinckley se declara admirador de Chapman e incluso visita el edificio Dakota en repetidas ocasiones. Poco después, en 1982, otro hombre también obsesionado con la actriz Jodie Foster intentó asesinarla, motivo por el cual ella abandonó Estados Unidos durante muchos años.

Años después, Robert John Bardo, asesino de la actriz Rebecca Schaeffer, le escribe a Chapman a la cárcel antes de cometer el homicidio y le pide consejos. El 17 de julio de 1989, Bardo acribilla a Schaeffer. Poco antes, ha realizado, igual que Hinckley, una extraña peregrinación hasta el edificio Dakota.

Tras el asesinato de Lennon, la paranoia invade a George Harrison, quien se compra una isla, la fortifica y se recluye en ella como en una fortaleza. Sale de allí años después, para ser víctima de un atentado perpetrado por Michael Abraham. El abogado defensor del frustrado homicida pinta a su cliente como a un tipo torturado, que cree que los Beatles eran brujos y que él tiene que matar a Harrison por orden de Dios. El jurado le cree y eso lo salva de ser declarado culpable de dos cargos de intento de homicidio contra Harrison y su esposa Olivia, a quienes ataca a cuchilladas después de entrar a su casa la noche del 30 de diciembre de 1999. Tampoco los McCartney se salvan y Linda, esposa de Paul, casi es secuestrada a mediados de los noventa. Años después muere de cáncer y la leyenda negra de los Beatles sigue creciendo. Mientras tanto, Chapman comienza a recibir cartas de admiradores y amenazas de muerte. Para enmendarse y expiar sus culpas, coordina un video y un periódico cristianos.



Difícil y sencillo imaginar qué hubiera sido de Lennon en los ochenta y los noventa. Cuesta poco pensar en un divorcio de Yoko Ono y en alguna reunión (benéfica o millonaria, da igual) con los Beatles. Los ochenta fueron los años yuppies de reunirse por una buena causa y los noventa fueron los años milenaristas de juntarse por si todo se acababa en cualquier momento. La moda retro lo hubiese rescatado. El retorno a la gloria del pop británico luego de los baldíos años setenta hubiera encontrado al Beatle John, seguro, trepándose a los escenarios de Oasis, Blur y Gorillaz, mientras que (quién puede dudarlo) Lennon hubiese sido un mucho mejor Travelling Wilbury que George Harrison a la hora de unir su voz a la de Bob Dylan, Tom Petty y Roy Orbison. Duetos con Eric Clapton, opiniones sobre el neozapatismo y el subcomandante Marcos, protestas contra la situación en Sarajevo y Kosovo, conciertos con Bono y U2, y quizás con Frank Sinatra; tal vez algo benéfico para las víctimas del once de septiembre, o quizás la justificación de los atentados contra el World Trade Center. Algunos soundtracks para filmes de culto. Con los años, Lennon hubiese recuperado el filo y envejecido como un licor noble y amargo. Por lo menos, a uno le gusta pensar que así habría sido.

Lo que queda como despedida tangible a tanta hipótesis es más bien pobre y triste y débil. Entre el fárrago meloso y las apologías matrimoniales de Double fantasy (y del apresurado y desprolijo sucesor postmórtem que fue Milk and honey) destacan las canciones "Watching the wheels", "Nobody told me" y "I don't wanna face it", sentidas postales desde la retaguardia firmadas por un paranoico de cuidado. Y queda, desde 1985, la sección Strawberry Fields en Central Park, donde árboles y plantas de todos los países del mundo crecen juntos en una hermandad vegetal, mientras una piedra tiene grabada la letra de “Imagine”.



Una página en Internet afirmaba que Lennon está vivo, que todo fue un montaje. Que la CIA le perseguía porque había descubierto que en los sesenta había apoyado a un grupo hippie que luego devino en una banda terrorista, quienes volaron un Boeing lleno de gente. Eso y el expediente del FBI donde se le relacionaba con el IRA lo terminaron de convencer: Lennon simuló su asesinato con ayuda de Yoko y la Yakuza, la mafia japonesa, a cambio de un montón de pasta y parte de sus derechos de autor. Al parecer, el tipo quiso seguir haciendo música y estuvo detrás de gente como Beck, el intérprete del tema "Loser"; existe una cancion de Beck en la que, si se toca al revés, se escucha "John is alive, he's just kidding". Y en el CD Maxi de Devil Haircut, si se espera varios minutos cuando acaba, surge un ruido que si se graba es un programa para Spectrum, en el que al correrlo aparece Lennon sonriendo y la leyenda "Just Kidding". Finalmente, en el álbum blanco de los Beatles hay una canción que afirma: "Some day, I'll be Beck". Esta y otras historias esquizofrénicas (como que la CIA asesinó a Lennon, que fue un plan de Yoko Ono y su amante, o que el autor intelectual fue Paul McCartney) están ligadas al rumor paranoico de que Lennon vive y que, seguramente, se toma los domingos algunas cervezas con Elvis.

La meta del Proyecto de la Inteligencia Artificial de John Lennon (JLAIP, por sus siglas en inglés) es reconstruir la personalidad del último Beatle, usando tecnología del corte y pega de la computación, la psicología y la historia. Este robot altamente avanzado se programó con los propios pensamientos y las palabras de John según lo expresado a los que le conocían. De acuerdo con el Dr. Richard Wallace, cerebro del asunto, iniciar la investigación y los descubrimientos del Triumph PC's lleva esta tecnología a un nuevo nivel, haciendo posibles las llamadas Personabots (programas habitados con personalidades únicas), que derivan en los Chatbots (sesiones de chat con personalidades robóticas, en este caso, John Lennon). Con ello, se borra la línea precaria entre el hombre y la máquina.

La versión canónica: Lennon como el genio absoluto de una banda y el primero en comprender que cada uno debe buscar su camino para poder seguir creciendo, con Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr como los malos de la película que se niegan a aceptar a Yoko Ono. La versión politizada: Lennon como líder revolucionario de las masas, con Paul McCartney como burgués feliz y satisfecho, George Harrison como místico orientaloide y Ringo Starr como payasito cinematográfico. La versión freudiana: Lennon como ser sufriente que nunca se repone del abandono de su padre ni de las muertes de su madre y de su amigo Stuart Sutcliffe; Lennon como artista obsesionado por la gordura de Elvis y el genio inasible de Bob Dylan; Lennon como un generador de escándalos ("Los Beatles son más grandes que Cristo" y profeta ácido responsable de hacer que rock y vanguardia sean una misma cosa; Lennon como amante del amor y publicista de su cama y de su japonesa. La versión química y psicodélica: Lennon como adicto compulsivo; heroína o Maharishi o Grito Primal o LSD o Yoko Ono, es lo mismo. La versión verité: Lennon como Beatle crítico compositor de canciones sobre el horror de ser Beatle ("Help!", "I'm a loser", la resignación de ser Beatle ("I'm only sleeping", "I'm so tired", "Across the Universe", "She said, she said", "Tomorrow never knows" y la angustiante felicidad de ya no ser Beatle: todo el álbum John Lennon Plastic Ono Band. La versión Dimensión Desconocida: Lennon como el que convoca a una reunión de urgencia para comunicarles a sus compañeros de grupo que "Yo soy Cristo"; Lennon como profeta con poderes adivinatorios que le permitieron, incluso, predecir su propia muerte y martirologio el mismo día de su asesinato en una cinta que Jack Douglas (productor de Double Fantasy) grabó y borró al enterarse horas más tarde de que un tal Mark David Chapman había decidido vaciarle al Mesías su revólver frente a la puerta de un edificio llamado Dakota. La versión sensacionalista: Lennon como el desquiciado que Rosen propone en su libro supuestamente basado en los diarios del Beatle más reconocido y admirado. En todas éstas versiones, Lennon termina igual: vuelve a ser padre y descubre los placeres de la vida familiar, regresa a los estudios luego de cinco años sin grabar, muere por nuestros pecados a manos de un psicópata que, como tantos otros, quiere ser John Lennon, pero no sabe cómo conseguirlo. Después, John Lennon sube a los cielos a sentarse a la derecha de Elvis Presley.

La historia de los Beatles (y la de Lennon) sigue avanzando y se sigue escribiendo. Nuevos temas se comercializan (algunos con la presencia ectoplásmica de Lennon en las delicadas y ligeras "Free as a bird" y "Real love"; Paul McCartney lanza un disco de ofensiva portada llamado Paul is live (Paul está vivo) en el que retoma la célebre carátula del álbum Abbey road, y en el lugar que ocupara Lennon se ve a un perro lanudo; el escritor T.M. Wright dedica su extrañísima novela de terror Cuento infantil a la memoria de John Lennon; Lennon es elegido como el artista de rock más importante del siglo, Paul McCartney queda segundo; se publica un libro titulado (otra vez) The Beatles Anthology en formato de lujo, donde por primera vez son los miembros del grupo quienes cuentan la historia del milagro, la agonía y el éxtasis. Yoko Ono (por supuesto) es la encargada de editar el cuarto que le corresponde a Lennon y, cabe suponerlo, nada del contenido de los diarios de su difunto esposo encuentra lugar ahí dentro.


Sir Paul McCartney declara a la prensa que le pidió a su hijo que, cuando decida darle un nieto, lo bautice como Lennon. "Así, se llamará Lennon McCartney". Fidel Castro se toma una fotografía junto a una escultura de Lennon que inaugura en un céntrico parque de La Habana y declara: "Creo que lo que ante mis ojos lo engrandece es su pensamiento, sus ideas, que empiezo a conocer ahora", mientras sonríe a la cámara y a la posteridad hombro a hombro con Silvio Rodríguez. Yoko Ono afirma que si Lennon estuviera vivo le gustaría Internet, las nuevas tecnologías y los últimos ritmos como el funky y el punky, y añade: "Casi puedo verlo convertido en el primer rapero blanco". También edita un álbum con cuatro CD’s con demos, covers, tomas previas y versiones alternativas del repertorio básico del ex Beatle: The Lennon Anthology.

El odio contra Mark David Chapman hace que el jurado le niegue la libertad condicional, tras la intervención de Yoko, en 2000. La BBC de Londres da a conocer que los 150 ladrillos pertenecientes a una pared de la casa de Lennon van a ser rematados por Internet; lo recaudado es donado a instituciones de caridad. En Rusia, bautizan una de las nuevas calles de la ciudad de Cheliabinsk, en los Urales, con el nombre de John Lennon; las autoridades del lugar toman esta decisión al recibir numerosas llamadas de los habitantes de la ciudad que proponen conmemorar de este modo el sexagésimo aniversario del nacimiento del músico y el vigésimo de su asesinato. Como respuesta, Paul McCartney envía un e-mail a Cheliabinsk en el que agradece a los habitantes de la ciudad el tributo. Poco después, el primer museo del mundo dedicado oficialmente a Lennon se inaugura en la localidad japonesa de Saitama, a unos 25 kilómetros de Tokio.

George Michael compra el piano en que Lennon compuso "Imagine" en más de dos millones de dólares. La hermana de Lennon, Julia Baird, planta un roble en los Jardines de la Paz, muy cerca de donde jugueteara el niño que se convertiría en una leyenda de la música contemporánea. Mark David Chapman dice que merece ser ejecutado por asesinar al ex Beatle, pero afirma que Lennon, siendo un liberal, probablemente querría que lo liberaran de la cárcel. Yoko Ono demanda a una empresa de metro japonesa por haber utilizado la imagen de Lennon impresa en sus boletos. Lennon resucita en 2001 a través de una inteligencia artificial y chatea animadamente con quienes se dejan. George Harrison muere en Los Ángeles el 29 de noviembre de 2001, víctima del cáncer, y el mundo no se conmociona, pese a que el médico que lo atiende lo forza a que, moribundo, le firme una guitarra que intenta subastar tras la muerte del ex Beatle. El colofón es la llegada de Chapman al celuloide, a través de la cinta Capítulo 27, que se estrena en 2007. Otra cinta es El asesinato de John Lennon (The Killing of John Lennon). Muchos seguidores de Lennon boicotean ambas películas. Pero una canción de Def Con Dos define todo en su estribillo: “¡La culpa de todo la tiene Yoko Ono! ¡La culpa de todo la tiene Yoko Ono!”

Historia, escándalo, paranoia, homicidios, demandas y contrademandas, un negocio de miles de millones de dólares, rumores y cariño, manipulación e influencia mediática, literatura y ciencia ficción. The Beatles siguen siendo, como siempre, el centro de la polémica más bizarra. Pero, también, la inspiración para millones de personas. En palabras del escritor Hugo García Michel: “Ahí están sus discos, ahí están sus imágenes, ahí están sus letras y declaraciones, ahí está el legado de la agrupación que detonó la revolución más profunda de cuántas ocurrieron durante el siglo XX. No se les podía exigir más”.

 
 
  Hoy habia 91 visitantes (138 clics a subpáginas) ¡Aqui en esta página!  
 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis