Como en la vida de toda persona, los primeros años de John fueron decisivos. Es hijo de Julia Stanley y Alfred Lennon. Este último era marino mercante y rara vez se encontraba en casa ya que viajaba todo el tiempo. Julia no podía hacerse cargo de John, así que le dio la custodia a su hermana Mimí.
En 1946 ocurrió algo que marcó la vida del niño: Alfred fue a visitarlo a casa de su tía para dar un paseo pero sus verdaderas intenciones eran las de llevárselo consigo, Julia lo alcanzó antes de que esto sucediera. Discutieron y Alfred obligó a John a decidir con quién quería quedarse, hay distintas versiones, una de ellas dice que John eligió a su papá dos veces y Julia se alejó de allí pero John la siguió. En la otra eligió directamente a su madre. De cualquier forma su padre sale definitivamente de la vida de John en ese momento.
Aunque Julia siempre estuvo cerca de su hijo, quien cumplió el rol de madre realmente fue Mimí, ella fue quien lo crió. Julia no desapareció de su vida, de hecho veía a John bastante seguido y fue ella quien estimuló su sensibilidad hacia la música.
Dice Lennon:
"…Había cinco mujeres que eran mi familia. Cinco inteligentes y fuertes mujeres. Cinco hermanas. Una de ellas resultó ser mi madre (...) No sabía como enfrentarse a la vida. Tenía un marido que se escapó al mar, y había guerra, no podía hacerse cargo de mi…"
El 15 de julio de 1958 Julia regresaba de visitar a Mimí y se dirigía hacia la parada del ómnibus, al cruzar la calle es brutalmente atropellada por un conductor ebrio y fallece en el acto. Naturalmente, fue uno de los peores momentos para Lennon: la tristeza y la angustia lo perseguirían por el resto de su vida, funcionando como fuentes energéticas para su poesía y su música.