La vida de John Lennon llega a la pantalla grande
Nowhere Boy es un retrato de Lennon en sus años de adolescencia
Esta película de Sam Taylor-Wood llegó a la pantalla grande justo a tiempo para celebrar el cumpleaños 70 de John Lennon, y muestra el perfil adolescente rebelde del futuro Beatle justo cuando el rock ‘n’ roll comenzó a tomar fuerza.
En 1956, a sus 16 años, Lennon es descarado, un liverpooliano astuto que comienza a meterse en problemas en la escuela, sobre todo después de la muerte de su querido tío George.
Lennon, protagonizado por Aaron Johnson, creció bajo el cuidado de su tía Mimi (Kristin Scott Thomas), una orgullosa ama de casa clasemediera y recatada que, ante cualquier muestra de afecto, respondía: “no seas tonto”, queriendo decir que la vida era demasiado severa como para relajarse incluso por un momento.
Y esa no era la forma de ver las cosas para Lennon.
Durante la austera época de la posguerra, Lennon ansía diversión, chicas, o pasear en el techo de un autobús y escuchar los discos de música estadounidense que compraba con lo poco que ahorraba. Pero hasta que se reúne con su verdadera madre, “la pelirroja” (como él se refiere a ella), la música se convierte su verdadera pasión.
El guionista Matt Greenhalgh (Control) ubica esa reunión durante el funeral de George, pero en realidad, ella visitaba con frecuencia la casa de Mimi. Julia, protagonizada por Anne Marie Duff, es el opuesto polar (o bipolar) de Mimi: es efusiva, amorosa, y no deja de consentir a John con besos y abrazos, tanto, que su segundo esposo (¿o será el tercero?) debe quedarse callado.
Es una mujer sensual y sin inhibiciones, con personalidad limítrofe y casi maniaca depresiva, y parece estar hecha para el rock ‘n’ roll. Con sólo poner música, ella está lista para bailar en frente de desconocidos; se trata de manifestaciones públicas que sólo convencen a Mimi de que ella no es la madre adecuada para el caprichoso joven.
Cuando Lennon llega con un disco de la canción Screamin de Jay Hawkins, Julia y él lo escuchan juntos, y la reacción de Julia es casi tan inspiradora como la canción misma. Cuando fue suspendido de la escuela durante una semana, se refugió con su madre y ella le mostró un banjo.
Como diría John, el resto es historia. Formó una banda de skiffle, los Quarrymen, y pronto se unió a la banda el “cara bonita” de Paul McCartney.
La directora, una distinguida fotógrafa y artista conceptual, Taylor-Wood, aprovecha la simpleza en su primera película. Y aunque en ocasiones parece varada en el determinismo gastado del guión, es igualmente sensible ante el clamor emocional de cada una de las hermanas como ante el adolescente que se siente desgarrado entre ellas.
Quizás crean que Mimi es la villana del cuento, pero mientras que Paul McCartney notó que Mimi era menos rígida que como la muestra la película, Kristin Scott Thomas ofrece una actuación profundamente comprensiva, lo que la vuelve el centro de gravedad de la película.
Johnson, quien filmó Kick Ass después de esta película, quizás no ganará premios por parecerse a Lennon ni por imitar a la perfección el acento de Liverpool, pero dominó la genialidad de Lennon, su aire arrogante y su ira.
La película recuerda los motivos de su ira, y da a entender por qué predicaba tanto la paz universal y el amor, que tuvo que encontrar en su propio corazón.
A escala, Nowhere Boy es una película modesta, pero los fans de Los Beatles reconocerán que está hecha por una fan también.